viernes, 16 de noviembre de 2012

Waiting

Siempre he estado orgullosa de mi paciencia. Es decir, soy una persona muy tranquila en cuanto a las actitudes de los demás y es poco probable que me moleste. Pero el problema es cuándo además de paciencia debes aprender a esperar. Dicen que los buenos sentimientos se hacen esperar y no me molestaría esperar mil años, pero tengo un miedo que roza lo absurdo. Muchos dicen que sea cual sea el sentimiento de amor que sientes, dolerá hasta lo más profundo si el sentimiento es real. Yo pensaba que había conocido el dolor cuando me tatué las costillas, pero no... el corazón duele más, se los puedo asegurar.
Que cosa el amor... que te vuelve una persona diferente y te hace escribir este tipo de cursiladas asquerosas.  Que cosa el amor... que te devuelve la memoria al escuchar alguna canción de Arjona, Maná o LODVG.
Que cosa el amor... que te convierte en un cristal frágil cuando siempre habías sido una piedra áspera y sosa.
Como sea, sigo acá, sin balcón y esperando como una Julieta cualquiera. No sé si la espera valdrá la pena pero bueno... la vida sabrá darme la respuesta cuando sea el tiempo. No crean que lo veo fácil, soy bastante curiosa y no me gusta para nada esperar para saber qué va a pasar. De todas maneras no tengo opción, o espero o espero.

La consigna de hoy sería: No insistan y dejen que las cosas fluyan. A veces queremos forzar algo que está destinado a ser, pero que todavía no ha llegado el momento. Todo lo que debe ser, será. 

Free your mind!

No hay comentarios:

Publicar un comentario